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miércoles, 19 de octubre de 2011

Hoy te he visto y ya no te reconozco. No sé si has cambiado tu pelo, si tal vez tu maquillaje sea diferente. En tu mirada escondes algo. Intentas engañarme diciéndome que todo va bien. Las dos sabemos que no es así aunque estemos en diferente posición del espejo.

Tu ilusión es como una marea, que la Luna maneja a su antojo. Sube y baja. Has vuelto a caer en ese pozo, ahí donde no necesitas el oxígeno para vivir, ahí donde te alimentas de tus sueños, ahí donde las paredes rosas y la luz artificial te ayudan a sobrevivir.

Pero temes. Tiemblas al pensar que tu universo se hace pequeño, y cuanto más minimizado, más intenso. Tu miedo te ayuda a volar entre tu imaginación. Pesadillas que se escriben en tu cabeza, sonrisas que se dibujan en tu cara cuando abres tus ojos a tu subjetiva realidad.

¿Qué fueron de tus lágrimas? Las escondes en tu cajita de secretos, pero sin perderla de vista. Tienes demasiadas, pero no permitirías derrocharlas una vez más.

Eres como una yonki en busca de su dósis. Si no la tienes, la inventas. Eres consciente de tu vanidad. No te des la vuelta. Camina estilizando tu figura, somos pocos los que vemos tu caparazón inexorable.

Eres débil, pero feliz.

Tus sueños querrías gritar. No puedes controlar tus ganas de saltar. Muerdes tus labios para no sonreir, pero has vuelto a fallar.

Un momento. Estás viendo la piedra con la que ya tropezaste. Aún esta lejos, ¿te dará tiempo a reaccionar? Esta vez no quieres caer, coge de la mano a tus temores bien fuerte y pasa de largo.

Ahora. Esa palabra no hace más que repetirse en tu cabeza. Ese mecanismo de autoconvencimiento te agota, pero tienes que seguir intentandolo.

Y ahora bien, apartate del espejo embustera, ¿lo ves como no estabas bien? Vives alocadamente está felicidad creada. Disfruta de está sensación con la misma ilusión de aquel día. Es algo tan incontrolable como tu respiración, tan espontáneo como tus pestañeos. Feliz viaje de ida.

viernes, 14 de octubre de 2011

Te has montado en el bus como cada mañana. Tras llenar tus manos de crema y quitarte la bufanda, sacas tu novela de ciencia-ficción. Tu música te margina del bullicio de la agonizante mañana de lunes.

Notas tu corazón sobresaltado. Levantas tu mirada. Es él. Las miradas se cruzan. No le habías visto nunca, pero sin embargo no quieres que pase un día más sin verle.

Refugias tu mirada en el libro... tus ojos buscan un párrafo escondido que no lo logran encontrar. No puedes leer, solo piensas en volver a mirar.

Lo haces. Él lo hace. Te sonrojas y añoras ser humo para poder seguir mirando sin vergüenza. Solo puedes volver a esconderte entre las comas de tu libro.

Desgraciadamente tu sonrisa incontrolable se apodera de tu boca. Te preguntas qué estas haciendo. Es demasiado tarde, no puedes creertelo pero la locura momentánea se ha sentado a tu lado. Intentas mirarla vizcamente por no echarla a patadas antes de que él cruce por tu lado. Quieres reir, quieres gritar,...solo quieres imaginar pero quieres mostrarte comedida.

De nuevo es tarde, comienzas a imaginar su nombre, reproduces su voz en tu cabeza, reconoces su olor, memorizas su sonrisa, ...

Su camino hacia ti te parece lento, llevas 5 segundos mirándole, crees conocerle de siempre, es él. Quieres que este momento siga reproduciéndose en cámara lenta. Se acerca, pero no tanto como tu locura creía. Pasa de largo y esta vez no puedes girarte.

Tu trayecto ha llegado a su fin, ha llegado tu parada. Te levantas sintiéndote preciosa, presumida, coqueta,...sabes que él te está mirando. Crees estar protagonizando la película de amor mejor vista hasta entonces. Le miras y ves reflejada tu sonrisa en el cristal de las puertas.

No le volverás a ver nunca más... Será la historia de amor más corta, será la historia de amor más soñadora.

jueves, 13 de octubre de 2011

Felizmente absurda..

Hoy te has levantado especialmente triste.Vuelve a cerrar un momento los ojos. Dime qué ves.¿Es ese pequeño trozo de ti que nadie conoce? Tu imaginación ha empezado a funcionar. Automáticamente tu máquina de crear sueños dibuja en tu mente multitud de desgracias que necesitas que ocurran nada más poner tu pie en la calle.

Pones la radio. No te lo crees, la canción habla de ti, no podría ser más triste, pero no puedes parar de escucharla. Intentas echar un pulso al espejo del baño. Te gana y esta vez decides afrontar la derrota. En tu armario hoy, solo queda sitio para la desilusión. Tus vaqueros desgastados no son los que eran, los notas fríos. Cínicamente empolvas tus mejillas, un buen antifaz será necesario. Disfrutas con tu carnaval diario.

Temes el momento esperado cuando tienes el picaporte entre tus manos. Llegó. Esconde tu mirada, tus ojos muestran tus más preciados sueños, esos que hoy te cuesta imaginar.

Será mejor seguir caminando...

Comienzas a subir las escaleras sumergida en tu nube...Por aquí arriba hace demasiado frío esta mañana. Te das cuenta de que has subido tres pisos más de los que debías, esta vez, sonríes. Hablas a tu yo-irónico: ¡JA! ¡Esta vez has tenido gracia!

Tu primera sonrisa te lleva a la carcajada más absurda. ¿Por qué no? Tienes motivos para reir desconsoladamente. Las lágrimas no se llevan esta temporada. Las lamentaciones trágicas han pasado de moda hace siglos... Tu mundo romántico es caótico, pero tuyo.

Tu fragilidad se hace fuerte, tu tristeza se viste de gala, tu calma quiere gritar,... Solo será cuestión de tiempo, te autoconvences de que será la ultima vez.

Vuelves a buscar la ilusión, vuelve a creerte soñadora...